viernes, 4 de abril de 2008

Chaplin y Hitler

CHAPLIN Y HITLER
La comedia y la tragedia


Con la muerte de Leni Riefenstahl la semana pasada, se cierra un capitulo controvertido entre cine y política. Murió a los 101 años, fresca, y tuvo tiempo para gozar y lamentarse de sus vínculos con Hitler y el resto de la plana mayor del Nazismo. Tuvo tiempo para defenderse, para arrepentirse, para retirarse del cine y para volver. Hace poco había presentado su documental “Impresiones bajo el agua”, de 45 minutos de duración, sobre sus experiencias subacuáticas en el Indico. No todos los días la prensa da cuenta del estreno de una película cuyo director tenga casi la misma edad del cine.
Su muerte coincide con la edición de lujo de las obras maestras de Charles Chaplin y donde se encuentra la versión completa de “El Gran Dictador”. Chaplin y Hitler fueron dos caras de la misma moneda. Nacieron el mismo año, el mismo mes y la misma semana. Hitler era mayor por 4 días. Ambos tuvieron un cuadro familiar desastroso. Quedaron en la calle desde niños. Charlie vagabundeaba las calles de Londres, Adolfo las de Viena. Los dos fueron profetas fuera de su tierra. El primero triunfó en USA , el segundo en Alemania.
En 1914 , Chaplin arrancó su carrera con pie derecho firmando su primer contrato. Era el primer actor en convertirse en estrella en un arte que apenas balbuceaba. Ese año se iniciaba la primera guerra mundial con Hitler en el frente de batalla en calidad de soldado raso. Ambos se dejaron crecer el bigotito centrado, abundante pero corto. El uno por gajes del oficio, el otro también
El encuentro se veía venir. Aunque nunca estuvieron frente a frente, este soñado “encuentro” sucedería en 1937 cuando Charlie decide filmar “El Gran Dictador”.
Chaplin era un actor fascinado por la política, acababa de realizar “Tiempos Modernos” con la que había dejado claro su pensamiento acerca de los excesos del capitalismo. Hitler era un político fascinado con el cine, se había apropiado de los estudios alemanes para realizar propaganda, allí contaba con el talento de la documentalista Leni Riefenstahl. De hecho Leni le había dado clases de actuación y oratoria.
Chaplin estrenó su “Gran dictador” en 1940, en un momento en que Hitler y su compadre Mussolini parecían invencibles. Fue el estreno más esperado del año, el suceso cinematográfico. Incluso Hitler la prohibió en Alemania, no sin antes verla en su teatro privado. La historia se ha encargado de colocar los bigotes en su sitio: el de Chaplin es sinónimo de comedia, carcajada, ternura. El de Hitler representa la tragedia, las lágrimas y la farsa de un gobernante sanguinario.